Sunday, December 27, 2015

We do not want muslims here... No queremos musulmanes aqui...


Ebram. Born and raised in Egypt. Copt Christian.


The horror of terrorism sometimes seems a distant problem. However, I was impressed when Ebram told me that he was expelled out of a pub in Montmartre just because he seemed to be Muslim.

I just spent four wonderful days in Paris and my visit was mainly a touristic thing. Nevertheless, I had enough time to meet some people from all over the world and listen to their stories.

To me, Paris represents a living symbol of the western civilization, an example of freedom and tolerance. I could see with my eyes the fear of people, the streets were empty, the city was awaking of a horrific nightmare, and the army was patrolling everywhere, especially in the most touristic places. I understood the fear, I saw the pain of the city in Plaçe de la Republique. Especifically, I have the image in my mind of an old woman that was burning a candle in the memory of an 18 years old girl who was killed in the attacks.

However, I just thought that that terror must not undermine the values of our western culture. We are the light in the darkness of the intolerance and in the moment we allow this kind of thing to happen we are losing what make us unique and we are losing the battle. Paris is a moveable feast said Hemingway, and we must keep it that way...


Ebram:
Nacido y criado en Egipto. Cristiano Copto
.
El horror del terrorismo a veces parece un problema lejano. Sin embargo, me impresionó cuando Ebram me dijo que fue expulsado de un bar en Montmartre sólo porque parecía ser musulmán.

Acabo de pasar cuatro días maravillosos en París y mi visita era principalmente una cosa turística. Sin embargo, tuve el tiempo suficiente para conocer a gente de todo el mundo y escuchar sus historias.

Para mí, París representa un símbolo viviente de la civilización occidental, un ejemplo de libertad y tolerancia. Pude ver con mis ojos el miedo de la gente, la ciudad se despertaba de una pesadilla horrible, las calles estaban casi vacías, el ejército patrullaba los lugares más turísticos. Entendí el miedo, vi el dolor de la ciudad en la Plaza de la República. específicamente, tengo la imagen en mi mente de una mujer mayor que encendía una vela en la memoria de una niña de 18 años que murió en los ataques.


Sin embargo,  yo sólo podía pensar que el terror no debe socavar los valores de nuestra cultura occidental. Somos la luz en la oscuridad de la intolerancia y en el momento en que nos permitimos este tipo de cosas suceda estamos perdiendo lo que nos hace únicos, y por ende la batalla. París es una fiesta móvil, dijo Hemingway, y debemos mantenerlo así ...

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